Nacidas del LAB, confirmadas en competición
Unas bicicletas, unas victorias y un verano para el recuerdo.
El verano de 2024 puso el colofón a una temporada memorable para Cannondale, un auténbtico recital de diseño y rendimiento al más alto nivel. El Cannondale Factory Racing Team y las bicicletas nacidas en el LAB no solo subieron a lo más alto de los podiums, también llamaron la atención como ninguna otra con sus exclusivas decoraciones. Desde el salvaje Redbull Hardline hasta los gloriosos Juegos Olímpicos: el oro de Faulkner en ruta, el bronce de Alan en XC y el top 10 de Charlie fueron el resultado de una mezcla de determinación, estrategia e ingeniería. Pero la historia va más allá de los podios. Gran parte de estas gestas comenzaron a fraguarse desde el LAB de Cannondale, donde se imaginan, diseñan y crean bicicletas desde cero con un único objetivo: ganar, y además hacerlo luciendo una imagen espectacular.
Cada bicicleta surge de un colectivo de ideas, respaldadas por décadas de datos acumulados y experiencia. El equipo se esmera meticulosamente en cada milímetro del cuadro, en cada ángulo de su geometría y en cada componente, para conseguir que cada bicicleta salida del LAB sea rápida, manejable, se ajuste como un guante, y parezca una pieza única de arte.
Cada bicicleta fue una declaración de intenciones. La bicicleta de Faulkner, la SuperSix EVO LAB71, con sus líneas audaces y estética elegante, era imposible de ignorar. La bicicleta XC de Alan, Scalpel LAB71, encarnaba la belleza y la volatilidad del sendero, así como su determinación personal. El LAB se aseguró de que cada bicicleta dejara una impronta duradera, tanto en la carrera como fuera de ella.
En competición y en el LAB Cannondale, no creemos en los atajos. Cada aspecto de estos montajes personalizados fue diseñado, pintado y perfeccionado internamente por un grupo de personas apasionadas por su oficio. ¿El resultado? Bicicletas que rinden al más alto nivel y con una imponente imagen. Cannondale no solo compitió en la carreras, también redefinió lo que puede llegar a ser una bicicleta de competición. Este verano demostró que con un diseño innovador, la calidad de un montaje a mano, y un estilo innegable, todo es posible.